viernes, 27 de marzo de 2020

13 Días

Trece días en aislamiento, trece días de ausencias, trece días que van desnudando ansiedades, temores, fobias, trece días de introspección y música melancólica, sin salir de casa, siendo visitado por viejos amigos, viejos fantasmas, olores, sabores, colores que se instalan y toman control, la casa es suya ahora, trece días de querer salir, pero sin saber exactamente a donde, huir lejos, correr frenéticos y sin rumbo, sin saber porqué, trece días de encierro sabiendo que vendrán muchos más, y sabiendo también que aun cuando se pueda salir y abandonar la casa, no podré salir, seguiré queriendo dejar el encierro, trece días sabiendo que cuando esté libre y pueda caminar por las calles, no estaré libre, seguiré preso, atrapado, reducido, seguir siendo un resumen de mi hace una año, un mes, una semana, un día, una hora, trece días de cafes y sin poder siquiera fumarme un cigarro liberador, dejar ir las ansiedades a grandes bocanadas, de noche, bajo las estrellas, de día, bajo ese cielo despejado y libre de polución, trece días envuelto en llamas y sin coca colas, sin verles las caras pero escuchando sus conversaciones, sus risas, trece días intacto, sin haber sido tocado ni por tus besos, sin la fuerza del corazón ni cumpleaños feliz, destellos de luces que se van apagando al final de la taza, cuando ya casi no queda café y lo que queda, es un líquido oscuro y frío, trece días sabiendo que vendrán muchos más, y que esta pandemia no termina aquí y no comenzó hace trece días. Con la certeza de haber vivido una eternidad en un instante, en dos, en tres, en cuatro, con la certeza de sentarme a escribir frente al teclado, dejar un expediente, un recuento de daños, trece días de observar a los perros deambular desorientados y felices por las calles, hurgando las bolsas de basura y rascarse los lomos contra el pavimento o el gras del parque enfrente de mi ventana, árboles mudos y sonrientes, me miran sabiendo que ellos quedarán, trece días de encierro voluntario con los militares y la policía esperando en las esquinas, trece días en Lima.

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Cinco

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